El autoritarismo chino arresta a 50 opositores de Hong Kong
Hoy, el régimen del Partido Comunista Chino efectuó su operación más grande de arrestos contra decenas de figuras de la oposición de Hong Kong bajo la excusa de ser «subversivos».

El régimen autoritario chino arrestó a decenas de figuras opositoras residentes de Hong Kong este miércoles (hora local). El acto constituyó la acción de más alto calibre contra la facción pro-democracia desde la aprobación de la polémica Ley de Seguridad Nacional (LSN). A pesar de que desde la aprobación de esta ley una gran cantidad de opositores abandonaron la causa, muchos se mantuvieron firmes. Realizaron un gran esfuerzo para informar al mundo sobre la situación, y ahora dieron a conocer por redes sociales que hubo al menos 21 arrestos. Sin embargo, una fuente policial le dijo a la agencia AFP que la cifra es mayor: alrededor de 50. Hablamos de la detención más estructurada y represiva desde que entró en vigor la LSN el pasado 30 de junio. Dicha norma pena hasta con cadena perpetua a los acusados de secesión o de confabulación con fuerzas extranjeras.
Un estadounidense y decenas de opositores prodemocracia detenidos en una redada en Hong Kong #AFP https://t.co/tzu4ZrTMtS pic.twitter.com/PLHM5AXEvX
— Agence France-Presse (@AFPespanol) January 6, 2021
Entre los detenidos la policía confirmó a un ciudadano estadounidense, declarando que es partícipe en la trama de «subversión». Todo esto tuvo lugar durante un operativo que transcurrió durante la mañana y en el que participaron unos 1.000 efectivos. El jefe de seguridad de Hong Kong, John Lee, calificó de «necesarias» las detenciones. Agregó que arremetieron contra un grupo político que intentaba «hundir a Hong Kong en el abismo». En Pekín, la vocera del ministerio de Relaciones Exteriores chino, Hua Chunying, frente a toda esta situación hizo una declaración a la prensa. «La medida solo afecta la libertad de fuerzas externas e individuos en Hong Kong que conspiran para socavar la estabilidad y seguridad de China», declaró. Desde Washington se pronunció Anthony Blinken, nombrado por Joe Biden para el Departamento de Estado, calificando la situación como un «ataque contra los derechos universales».