Grupos feministas defienden a mujer que mató y lanzó a su hija al río
Las feministas también solicitaron que se le trate como una víctima aunque la mujer admitió haber tirado el cuerpo de su hija de solamente un año de edad en el río Tunjuelito, Bogotá.
Sara Sofía es el asonado nombre que conmocionó a toda Colombia por las cruentas y extrañas condiciones que rodean su desaparición. El 15 de febrero, su tía Xiomara Galván reportó que estaba desaparecida y el tiempo pasó sin que se encuentre rastro de ella. Gente repartiendo volantes, búsquedas del cuerpo técnico de la Policía, redes sociales viralizando su foto para concientizar sobre el caso; nada funcionó. Xiomara estaba a cargo de la menor y denunció la desaparición después de que decidió confiar en la progenitora de la menor para cuidarla. “Nunca imaginé que no la volvería a ver” dijo la tía de Sara Sofía, que cuenta que su llegada al mundo fue inesperada por un descuido de su hermana. La familia se enteró tarde del embarazo, la madre nunca supo quién era el padre y la cuidó poco tiempo hasta que se fue.
‘‘Para octubre del año pasado ella nos comunicó que se iba a donde una amiga’’ dijo Xiomara. Sopesando las condiciones con las que llegó al mundo, la niña estaba bajo tutela de su tía y vivía en un entorno familiar agradable. Vivía con su tía, su tío político, dos primos y la suegra de su tía en una casa en el barrio Roma de Kennedy, sur de Bogotá, según dijo la mujer a El Tiempo. Notó también que, como familiar cercano al tanto de la situación, la madre nunca desarrolló un vínculo afectuoso con la menor que en cuatro días cumpliría dos años. “Le costaba su rol de mamá. Yo solía reprocharle eso” contó Xiomara Galván. La turbiedad del asunto empeoró cuando después de la devolución de la menor a su madre, desapareció: nadie con certeza donde está.
Actualidad del caso
Débilmente hay una hipótesis medianamente reforzada por lo que contó una testigo del caso que coincide con lo que dijo la mamá y últimamente el padrastro. Marisela, migrante venezolana que le vendía dulces a la madre de la niña mientras esta se prostituía, habló con la tía sobre lo que sabe. Escuchó de boca de la madre que «una niña» se le había muerto por negligencia al darle de comer. ‘‘Me contó que el 28 de enero le dio a comer lentejas al almuerzo y que luego se quedó dormida. Que tres horas después la niña no despertaba y que la vio morada’’ supo la tía por parte de la testigo, quien también dio declaraciones a Blu Radio. Carolina Galván, nombre de la madre de la niña desaparecida, fue detenida junto a su pareja como sospechosos de desaparición forzada contra la menor.
Al momento de preguntársele que pasó con la niña, terminó respondiendo que la lanzó a un canal del Río Tunjuelito, en Bogotá (Colombia). Posteriormente la versión de la madre y la testigo terminó siendo ratificada por Nilson Díaz, pareja de la madre. En primera instancia Díaz negó estar involucrado e incluso dijo que no había tenido contacto con la niña en las vísperas de su desaparición. Después cambió su versión y admitió que ayudó a Carolina a tirar a su propia hija en el canal. Las autoridades revisaron el Río Tunjuelito y no encontraron restos, pero por el tiempo que ha pasado y las fuertes lluvias extendieron su búsqueda al Río Bogotá y el Salto de Tequendama. A otras personas les dijo que regaló, mientras que también está la hipótesis de que Sara Sofía fue vendida a una red de trata.
Un contexto peligroso… ¿Pero injusto?
En cualquier casos y hasta que no se encuentren los restos, la madre tiene imputado el delito de desaparición forzada de su propia hija. Si se encuentran los restos, podría ser sujeta a encarar juicio por homicidio culposo, previsto en el artículo 109 del Código Penal de Colombia. Si vendió a su hija a una red de prostitución, es cómplice de la trata. Además, al momento de ser detenida la pareja fueron rescatados cuatro niños que testificaron y revelaron que Carolina Galván maltrataba brutalmente a su hija. ‘‘La golpeaba hasta con correas mojadas. […] La mamá le metía correazos en la cola, la metía en la ducha, le mojaba la cola y con la correa le pegaba y ella lloraba’’ aseguró el menor. Por esto mismo, presidiarias que compartían cárcel con ella (después de que el Juzgado 65 de Control de Garantías la mandara a prisión) intentaron lincharla.
Según informan las autoridades, las otras mujeres la insultaban, golpeaban e intentaron lincharla para que rindiera cuentas sobre el paradero de su hija. También se enteraron de los alegatos planteados por la Fiscalía en audiencia, donde la fiscal lloró al exponer la información que recabó del caso. ‘‘Señor juez, ni siquiera un animal hace eso con su hijo. Siento pena de género, los animales pelean por sus cachorros y luchan por ellos’’ dijo. Expuso tres versiones de tres testigos sobre lo que había ocurrido con Sara Sofía, pero ninguna de las tres arroja luz sobre la verdad. ‘‘Este caso ha afectado a su tía y a la sociedad. Nos encontramos con el corazón arrugado, señor juez, porque no encontramos esta bebé. No sabemos la verdad. ¿Fue regalada o asesinada?’’ planteó la fiscal. Por las agresiones recibidas, los carceleros tuvieron que cambiarla de celda.
¿A quién defienden las feministas?
Después de los ataques, seis organizaciones feministas lideradas por la Fundación Dignidad Abolicionista pidieron protección para la mujer. De hecho, se trata de una defensa, porque exigen que no solamente la protejan de otras presidiarias, sino que se le trate como a una víctima. ‘‘Solicitamos a las autoridades con urgencia y prioridad la atención médica y psicológica de la madre de Sara Sofía, así como la protección que requiere como víctima de explotación sexual’’ dicen las feministas. También añadieron una petición a los medios de comunicación para ‘‘dejar de culpabilizar a sus víctimas y de utilizar eufemismos’’ cuando se refieran al caso. Las feministas presumen que en realidad la madre, Carolina Galván, fue víctima de «inducción a la prostitución» y que los medios están «naturalizando» ese tipo de violencia. Entretanto, las autoridades no emiten comentarios sobre la solicitud, que recibió amplio rechazo.
Aunque están defendiendo a la madre —sospechosa de desaparición forzada y de maltrato infantil, cómplice de trata o responsable de homicidio culposo dependiendo de la hipótesis— las feministas dicen rechazar la situación. ‘‘Lamentamos y rechazamos la desaparición forzada de la niña Sara Sofía y del manejo que se le ha dado a su caso’’ dicen. Apuntan, además, a que Nilson Díaz es un proxeneta que captó a Carolina Galván, lo que concuerda con la versión de la testigo Marisela. Pero rechazan que Díaz haya sido pareja de la madre, aunque ella misma lo afirmó en distintas ocasiones y vivían juntos. Recordemos que, si bien es bastante posible que sea un proxeneta, no implica que no se haya involucrado sentimentalmente con la madre. Menos aún quita responsabilidad alguna en calidad de autoría ni complicidad sobre los actos de la madre, considerando el testimonio de su hermana.