Podría pagar mi deuda estudiantil… Si el Estado no me desangrara
Los progresistas normalmente ven a la deuda estudiantil como un lastre del sistema financiero, pero la académica Holly Soto presenta una perspectiva distinta: podría amortizar fácilmente sus obligaciones si el Estado no le quitara su dinero.
Doce mil dólares. Eso es lo que el gobierno sacará de mis ingresos esta temporada de impuestos (y nada más por ahí). Como graduada de la universidad, habría usado este dinero para comenzar a hacer frente a mis más de 50.000 US$ de deuda estudiantil. Pero en lugar de usar este dinero para pagar dos de mis préstamos estudiantiles este año, el gobierno se queda esta considerable suma del dinero que tanto me costó ganar. Esta es la triste realidad para muchos graduados universitarios que, como yo, trabajan a tiempo completo y todavía les resulta difícil administrar sus necesidades. Ya saben, lo diario del alquiler, la comida, la gasolina, el seguro de automóvil, el seguro de salud, etc. Muchos de nosotros nos sentimos como Rachel Green de Friends cuando recibimos nuestros cheques de pago, diciendo: ‘‘¿Quién es FICA? ¿Y por qué está recibiendo todo mi dinero?’’
Para los prestatarios de créditos estudiantiles, un promedio de US$ 12.000 ahorrados al año sería transformador. Pero, en cambio, nos enfrentamos a una verdadera crisis de deuda para los prestatarios de todos los grupos demográficos y de edad. Su consecuencia es que la deuda estudiantil sea la segunda categoría de deuda de consumo más alta en los Estados Unidos detrás de la deuda hipotecaria, según Forbes. La deuda total por préstamos estudiantiles ascendió a 1.56 billones de US$ solo el año pasado. La investigación también muestra que ‘‘los graduados universitarios de 35 años o menos con préstamos para estudiantes ahora gastan casi una quinta parte (18 por ciento) de sus salarios actuales en pagos de préstamos para estudiantes y que el 60 por ciento ahora espera pagar los préstamos para estudiantes hasta los 40’’ según Citizens Bank.
Tu interés personal hace que el mundo sea mejor
A medida que la deuda universitaria aumenta, no es de extrañar que cada vez más políticos estén abogando por programas de condonación de préstamos estudiantiles. Pero esta temporada fiscal no estoy pidiendo la condonación de préstamos estudiantiles ni un programa especial del gobierno para rescatarme. Solo pido que me quede más de mi dinero ganado con tanto esfuerzo. Insto a los demás prestatarios de préstamos para estudiantes a que imaginen un mundo en el que puedan conservar todos sus ingresos y decidan cómo gastar mejor su dinero. Me atrevería a suponer que la mayoría de los estudiantes prestatarios usarían este dinero para pagar sus préstamos lo más rápido posible. ¿Por qué? Porque los prestatarios tienen un incentivo para saldar sus deudas. ¡Estar libre de deudas sería transformador para mí!
Podría mudarme al estado de mis sueños, comprar una casa diseñada desde cero, ayudar a mis padres a pagar hipoteca, ahorrar para mis futuros hijos… También donar más a mi iglesia y lograr la lista de cosas que escribí para cuando esté libre de deudas. Verá, cuando los prestatarios quedan libres de deudas, su poder financiero cambia drásticamente. Están más inclinados a realizar compras financieras importantes como las que he compartido. Nuestro interés propio racional para salir de la deuda libera nuestra capacidad para realizar compras financieras importantes que promueven la actividad económica, beneficiando a la economía en su conjunto. Adam Smith, el padre de la economía moderna, analiza esta idea del interés propio racional en su libro, La riqueza de las naciones. Smith explica que el mejor beneficio económico para todos se puede lograr cuando los individuos actúan según su propio interés.
Las decisiones de gasto del Estado son menos racionales que las tuyas
La mayor parte de la actividad económica que vemos a nuestro alrededor es el resultado de un comportamiento egoísta. La agente de bienes raíces que vende la casa de mis sueños actúa por su propio interés para generar un salario que tal vez le permita irse de vacaciones. Los trabajadores que cortan baldosas para que quepan en mi nuevo baño actúan por su propio interés para acumular ahorros y poner un techo sobre sus cabezas. Esos constructores que montan la casa actúan por su propio interés para comprar comida para sus familias, y así. La belleza del interés propio racional es que se necesitan muchas personas interesadas para trabajar en una casa. Pero como todos actuamos por nuestro propio interés, inevitablemente nos servimos unos a otros. Incluso llega al punto en que nos excede, pues producimos una actividad económica que nos sirva unos a otros.
Entonces, ¿por qué los hábitos de gasto de los gobiernos varían drásticamente de los hábitos de gasto individuales? Porque los incentivos cambian cuando el dinero sale de su propio bolsillo, en comparación con el de otros. Mi profesor de economía favorito lo expresó de esta manera: ‘‘el progreso, la eficiencia y la eficacia no comienzan con el dinero de otra persona’’. Mientras que usar tus impuestos sobre la renta para cubrir deuda puede ser una decisión de gasto racional y encomiable, las decisiones de gasto del gobierno a menudo son ineficientes. Son, en términos teóricos, los resultados predecibles con la matriz de gasto desarrollada por Milton Friedman. El historial del gobierno gastando tu dinero de contribuyente es, bueno, horrible. GoBankingRates informa que el dinero de los contribuyentes se usa para cosas convincentemente estúpidas.
Te están arrebatando tu libertad
Estudiar la baba de mono, examinar cómo las religiones del mundo podrían reaccionar si los humanos entran en contacto con extraterrestres o hacer que las computadoras vean cientos de horas de televisión, demostrar que a los universitarios de fraternidad les gusta la fiesta y poner peces en cintas de correr son algunos ejemplos. Los malos hábitos de gasto de los gobiernos se descontrolaron tanto que colocan a nuestra nación en una deuda de más de 27 billones de dólares. Si entendemos que los individuos saben mejor cómo gastar su propio dinero que el gobierno y que nuestras decisiones de gasto ayudarán a promover la actividad económica… ¿Por qué hemos llegado a aceptar los impuestos sobre la renta como algo normal? Debido al aumento de impuestos en la economía estadounidense, el estadounidense promedio ahora trabaja aproximadamente 4 meses al año para pagar todos sus impuestos.
Eso significa que 4 meses al año trabajo para el gobierno federal en lugar de trabajar para pagar mis obligaciones financieras. Si a más graduados universitarios se les permitiera quedarse con los dólares que ganan, en última instancia tendrían la libertad de gastar su dinero como quieran y salir de las deudas mucho más rápido. Pero necesitamos conservar una mayor parte de nuestros ingresos para hacer esto. Cuando presentemos nuestros impuestos este año, le animo a que mire la cantidad de su dinero que el gobierno está reclamando y se haga estas dos preguntas. ¿Qué habría hecho con este dinero? ¿Y el gobierno realmente gasta este dinero mejor que tú?