Unión Europea: ‘‘El estado actual de las relaciones con Rusia tocó fondo’’
El portavoz del Servicio Europeo de Acción Exterior declaró que la relación UE-Rusia está en su peor momento después de que Sergei Lávrov, ministro de Asuntos Exteriores ruso, dijera que están preparados para una ruptura bilateral.

Con cada día que pasa, se acrecienta la tensión entre el aparato comunitario de la Unión Europea y el vasto país euroasiático de Rusia… Una presión que está a la expectativa de romperse. ‘‘No queremos aislarnos de la vida mundial, pero hay que estar preparados para ello. Si quieres la paz, prepárate para la guerra’’ fueron las intensas palabras de Sergei Lávrov, jefe diplomático de Rusia, sobre una posible aplicación de sanciones desde la Unión Europea. Dos días antes, se expuso ante el Parlamento Europeo la posibilidad de que se apliquen sanciones contra Rusia por el arresto de Alexei Navalny. ‘‘Los países miembros decidirán el próximo paso. Podrán incluir sanciones y presentaré propuestas concretas” dijo Josep Borrell, alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores. Las proposiciones se lanzarían el 22 de Febrero y pasarían a ser discutidas en una cumbre que comienza el 25 de Marzo.
Borrell, que apenas dos semanas antes se habría reunido jubilosamente con Lávrov, pidió tener una reunión con Navalny que el Kremlin nunca le permitió. Por esta razón, delegados de su equipo se reunieron con Leonid Vólkov, abogado del disidente ruso, con quien conversaron sobre un paquete de sanciones. Teniendo la posibilidad de sanciones (que solo afectarían al círculo de Putin) y la disposición de ruptura, la Unión Europea se pronunció de nuevo. ‘‘El estado actual de las relaciones de la UE y Rusia no es bueno. En realidad ha tocado fondo’’ aseguró Peter Stano, portavoz del Servicio Europeo de Acción Exterior. Desde la Unión Europea no perciben interés de Rusia en restablecer relaciones más allá de corregir que solo se ‘‘preparan para el peor escenario’’. Tampoco ven correcciones en los ataques diplomáticos contra Polonia, Suecia y Alemania, los cuales aceleraron una fuerte desintegración en las relaciones UE-Rusia.