Como libertarios ¿Deberíamos votar?
La mejor opción siempre sera votar por un gobierno más pequeño.

A los libertarios no les gusta el estado. Es un hecho ampliamente conocido entre aquellos que tienen una idea de lo que es el libertarismo. A medida que descubrimos más como es el entorno político en nuestros países, poco a poco comenzamos a odiar casi cualquier cosa relacionada con el Estado.
Por ejemplo: existen los libertarios que no quieren saber nada de documentos como impuestos a la renta, IVA y demás cargas fiscales, están los que preferirían un cambio de vuelta al patrón oro. Los libertarios que no quieren que la CIA o la NSA tomen el control de facebook, están los que cubren sus cámaras web y mantienen su teléfono en modo avión. Y por supuesto las actitudes más radicales de libertarios que ni siquiera quieren involucrarse en el proceso democrático.
Su línea de razonamiento es coherente. Si el estado continuará usando impuestos contra las personas y usted votará por un político que permitirá que continúen estos impuestos, usted ha apoyado a alguien que es cómplice de la violencia que usa el estado. Debido a esto, muchos libertarios radicales no votarán en las presidenciales de 2018. Algunos podrían estar pensando lo que yo he pensado, escribir su propio nombre, a modo de burla y además sería una forma creativa de expresar su auto soberanía.
Pero uno debe mirar la situación actual. Uno debe hacer un balance del status quo y buscar detalles de cómo llegaríamos al punto A (un gobierno pequeño) o al punto B (un gobierno gigante). Los libertarios han carecido durante mucho tiempo de una estrategia efectiva para marcar el comienzo de un orden social libertario, pero ese es un tema más amplio que no tocaremos aquí.
Mirando la forma en que se establece el proceso democrático, podemos ver que el estado nos ha dado una opción. Según Rothbard «Todos estamos rodeados por un sistema coercitivo; sin duda el Estado ha creado un cerco alrededor de nosotros». Al estar en esa posición, ¿Por que no aprovecharla al máximo?.
El mismo Murray Rothbard lo dijo: «Dado que nos encontramos en esta situación coercitiva, no hay ninguna razón por la que no debamos tratar de utilizarla si creemos que hará una diferencia en nuestras libertades o propriedades». No podemos votar a favor del estado. Seria grandioso si pudiéramos votar por la no existencia del mismo, pero no podemos. En cambio, para las elecciones presidenciales, nos enfrentamos por lo general con dos candidatos dominantes y por naturaleza diferentes.
No existe tal cosa como la igualdad en los humanos y esto también se aplica para los políticos. Lo más probable es que ninguno de los dos piense en una reducción real del gobierno. Ningún presidente ha devuelto al gobierno al alcance que por ejemplo tenia en 1863 cuando empezó a regir la Constitución de Rionegro. Aunque ninguno lo hará si nos negamos a votar.
Se nos da una opción, y si parece que un candidato expandirá el gobierno menos que el otro, o solo reducirá algunas partes del gobierno, probablemente sería conveniente votar por el. Como dijo Rothbard: «No veo que sea inmoral participar en las elecciones, siempre que vayas a una con los ojos abiertos».
Si deseas permanecer en lo que consideras como principios y abstenerte de votar, esa es su elección. Eres totalmente libre de elegir. Pero si quizá quieres hacer una diferencia por mínima que sea en la cantidad de gobierno con la que cargaras, el voto es una opción.