Francisco: ‘‘La multiplicación produce vanidad, dividir aumenta el amor’’
¿Compartir todo, aunque sea miseria? El Papa Francisco pidió que cambiemos la lección de multiplicar los panes y los peces por compartir, ya que multiplicar «conduce a la vanidad».

No se puede apropiar, donar, compartir o intercambiar lo que no se produce porque no se puede transferir ni utilizar lo que no existe. Por esto, en economía se estudian los arreglos institucionales que influyen positivamente en la creación de incentivos para elevar la productividad. Para que todos seamos prósperos es necesario crear suficiente riqueza para dar abasto, y a la vez para crear riqueza necesitamos buenas instituciones. En el centro está la propiedad privada, que sirve para habilitar el intercambio, crear precios de mercado, fomentar la competencia entre planes empresariales, adaptar la producción a las necesidades del consumidor y usar eficientemente los recursos. Lamentablemente y como ocurrió en otras ocasiones, el Papa Francisco I sigue sin entender esto y ahora condenó directamente la creación de riqueza como vanidosa. Tanto es así que pidió reemplazar el clásico «multiplicar» los peces y los panes por «compartir».
‼️Ciudad del Vaticano 🇻🇦: el Papa Francisco ✝️ pide cambiar el 'multiplicar' de los panes y los peces 🥖🐟🥖🐟 por 'compartir'.
"La multiplicación produce vanidad y poder, el compartir aumenta el amor".https://t.co/EqNRLwPZK9pic.twitter.com/QXjs1JDDda
— EM-electomania.es (@electo_mania) July 25, 2021
‘‘El milagro real, dice Jesús, no es multiplicar lo que produce vanidad y poder, sino dividir, que incrementa el amor’’ aseguró el sumo pontífice. Las declaraciones se produjeron en el rezo del Ángelus el pasado domingo 25 de julio en la Ciudad del Vaticano. Para Francisco, la distribución es los vectores que permiten a Dios obrar milagros y que deberíamos probar a compartir más siguiendo el camino de Jesús. En el versículo Mateo 14:13, originalmente Jesús multiplicó cinco panes y dos pescados para satisfacer las necesidades de 5000 personas. El Papa, contrariando la clásica noción, interpreta que Jesús pide que disminuyamos nuestras propias tenencias y dividirlas. ‘‘Nosotros tratamos de acumular y aumentar lo que tenemos; Jesús, en cambio, pide dar, disminuir. Nos encanta añadir, nos gustan las adiciones; a Jesús le gustan las sustracciones, quitar algo para dárselo a los demás’’ afirmó la máxima autoridad eclesiástica.