La evidencia en contra de Greenpeace y sus fines políticos
Lejos de defender la ecología, Greenpeace se opone a los avances en el campo de la biotecnología relacionados con la salud humana y la nutrición.
El portal de investigación austriaco Addendum publicó recientemente un video sobre hechos, cifras y posiciones sobre alimentos genéticamente modificados, conocidos como OGM o transgénicos.
Greenpeace, profundamente anticientífica
Para escribir este informe que trató de explicar la tecnología, las implicaciones económicas y el discurso público, Addendum se reunió con activistas actuales y anteriores de Greenpeace, lo que los llevó a revelar la terrible realidad del activismo anti científico de este ONG Ecologista.
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Cualquiera que esté bajo la ilusión de que organizaciones como Greenpeace son verdaderos defensores de la ecología, con el único propósito de mejorar la salud humana y la biodiversidad, sufrirá un impacto al escuchar los intercambios en el video entre Addendum y Sebastian Theissing-Matei, portavoz de Greenpeace en Austria. Aquí resumimos las partes más críticas:
Addendum: en las tiendas orgánicas, puedo comprar productos fabricados por irradiación. ¿Es sabio permitir tal cosa mientras se demoniza a los demás [alimentos transgénicos]?
Theissing-Matei: De hecho, es una inconsistencia que nace de nuestra historia; tienes que ser honesto al respecto.
Addendum: ¿No debería Greenpeace también luchar contra ciertos tipos de manzanas vendidas en tiendas orgánicas y producidas por irradiación?
Theissing-Matei: Como dijimos, estos son productos que han existido por mucho tiempo. Hay brechas en la ley, sin duda. Siempre nos enfocamos en las cosas que están actualmente en el debate político.
Addendum: ¿No deberían los argumentos de Greenpeace basarse en la realidad, a saber, el peligro o la ausencia de peligro y la posible utilidad [del progreso tecnológico], y no solo sobre la base de polémicas en los medios?
Theissing-Matei: Somos una organización política. Por supuesto, tratamos de actuar en el mejor interés del medio ambiente, pero actualmente el debate político es si los nuevos métodos de modificación genética deberían o no estar incluidos en la legislación actual sobre modificación genética.
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Una ONG con accionistas políticos
Greenpeace se ha negado más o menos constantemente a aceptar subsidios directos de los gobiernos (incluida la Unión Europea), pero ninguno de sus fondos está peligro debido a este hecho. La ONG pesa más de mil millones de dólares y los beneficios (especialmente en Europa) provienen del apoyo financiero de los ecologistas de los partidos políticos, que reciben fondos completos de los gobiernos.
En cuanto al debate político que evoca el portavoz austríaco de Greenpeace, es interesante escuchar tal cosa de esta organización. Ya en 1996, Greenpeace protestaba contra la llegada de un buque de transporte en el puerto de Hamburgo, Alemania, que supuestamente contenía el primer envío de soja genéticamente modificada en Alemania.
El entonces Ministro de Investigación alemán había exigido que los productores indicaran toda comida que había sido genéticamente modificada. El debate político está, por lo tanto, bien orientado por Greenpeace, que, sin embargo, afirma aquí que solo sigue la opinión.
Evidencia científica ignorada
Una cosa era oponerse a los alimentos genéticamente modificados en 1996, pero estamos en una situación diferente 20 años después. El reciente análisis publicado por la revista científica Nature sobre maíz genéticamente modificado sobre características agronómicas, ambientales y toxicológicas muestra claramente que los insectos que no se alimentan de maíz no se ven afectados y que el maíz modificado genéticamente reduce las micotoxinas cancerígenas.
Pero para Greenpeace, no es la evidencia científica lo que cuenta, sino el temor de que la ONG pueda hacer prosperar su jugoso modelo comercial. Esto se confirma en el mismo informe del ex activista de Greenpeace Ludger Wess, que ahora es editor científico y uno de los primeros periodistas en Europa en cubrir las industrias biotecnológicas emergentes:
«[En ese momento] Greenpeace estaba realmente abierto a la idea de los alimentos genéticamente modificados. Dijeron: ‘Si las plantas son resistentes a los insectos, es porque usaremos menos insecticidas. Así que vamos a defender eso’.»
Luego de regresar de una conferencia científica sobre maíz genéticamente modificado en 1989, Wess regresó a Greenpeace:
«Llegué a casa, armado con toda una bolsa de documentos, y después de mucha discusión con los científicos, todos fueron capaces de calmar mis preocupaciones sobre los transgénicos. Ya no estaba convencido de que sería un peligro para la salud humana.
Les dije [en Greenpeace]: no podemos seguir afirmando que los alimentos genéticamente modificados son malos para la salud humana, simplemente no es cierto. Me dijeron que Greenpeace continuaría defendiendo esta posición porque solo cuando las personas temen por su salud o la de sus hijos, abren sus carteras para hacer donaciones. Todo lo demás, no tiene interés para nuestras campañas.»
El medio ambiente como excusa para propagar prejuicios
Greenpeace siempre ha estado interesado en la publicidad en lugar del debate constructivo y la discusión informada ya sea bloqueando violentamente las estaciones de servicio en Luxemburgo, interrumpiendo agresivamente el trabajo de una plataforma petrolera o pintando una gran rotonda amarilla en Berlín, con pinturas contaminantes y un costo de miles de dólares por la limpieza.
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Greenpeace es un grupo de activistas anti-científicos que usan el medio ambiente como una excusa para propagar prejuicios contra lo que promueve la salud humana y la nutrición.
Los donantes actuales de esta organización deberían preguntarse si quieren continuar apoyando a esta ONG política, que no respeta la verdad.
Por Bill Wirtz