Pensando como un Socialista: Petro y la expropiación de tierras a Incauca
Una buena discusión puede resolver muchas diferencias políticas. En mi experiencia, incluso el izquierdista más radical, pro subsidios, feminista y que apoya la redistribución de la riqueza puede llegar a un acuerdo con el fundamentalista uribista o cristiano más pro EPS, clientelista y con la idea anti gay más fuerte. Con una discusión lo suficientemente larga, de hecho, creo que el debate puede resolver todos los problemas políticos; todos ellos, excepto uno. ¿Capitalismo o socialismo?
Para entender esta particular y fuerte división entre ideologías económicas, debemos comprender cómo funciona un debate entre la izquierda y la derecha colombianas. Casi todos los debates políticos siguen la misma ejecución:
Hay un resultado, «A» y hay dos posiciones. Lo positivo argumenta que «A es verdadero» y lo negativo argumenta que «A es falso». Por ejemplo, uno de los resultados en las discusiones sobre el aborto podría ser que el aborto es un asesinato. El positivo argumentará que dicho postulado es verdadero. Y la inclinación negativa dirá que es falso.
Esta forma de debate aplica para cualquier tema político, excepto el viejo y conocido «Socialismo vs. Capitalismo». ¿Por qué? Porque izquierda y derecha piensan en un paradigma completamente diferente en esta pregunta. No hay un ¿Deberíamos tener A? Porque bajo la ideología socialista, los izquierdistas demandan que ¡La salud es un derecho! Y los derechistas que !trabajar trabajar y trabajar! nos llevaría a el servicio de salud que queramos. Toda la ideología de los izquierdistas rechazará la disidencia como malvada e intolerable.
Esta idea, de hecho, no proviene de un mal argumento, sino de un argumento, reemplazado por emoción.
Por ejemplo, la idea de que el tiempo que trabajemos debería determinar cuánto ganamos es absolutamente absurda no solo para un capitalista, sino también como un pensador racional. Últimamente he leído a muchos economistas, y en sus argumentos, siempre está el que la principal diferencia entre la mentalidad de un rico y la de un pobre es que los ricos saben que la producción determina qué tan exitosos son, mientras los pobres asumen eso porque trabajaron duro y ganarán mucho.
No digan mentiras: @BluRadioCo yo no dije que se entregara Incauca al Estado, dije que si quiere Ardilla, compramos sus tierras en Incauca para que se titulen a las comunidades sin tierra en fuerte conflicto en las montañas no fértiles del Cauca para diversificar la produccion https://t.co/Oau2ubmRVe— Gustavo Petro (@petrogustavo) 27 de abril de 2018
Compra de Incauca por el Estado según Petro o los Gulags de Colombia
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Los Gulags de la Unión Soviética son un ejemplo claro de lo que Gustavo Petro lograría con sus propuestas |