Por qué Gustavo Petro se equivoca acerca de la desigualdad monetaria
Cuando el Papa tuiteó en 2014 que «la desigualdad es la raíz del mal social», muchos igualitaristas se sumaron a la causa. El ex presidente de EEUU, Barack Obama describió la desigualdad como «el desafío definitivo de nuestros tiempos». Jeremy Corbyn aumentó desde entonces la exigencia de una política económica para hacer frente a una «grotesca desigualdad» en Gran Bretaña. El supuesto en que se basan todos estos puntos de vista es que una distribución concentrada del ingreso o la riqueza tiene consecuencias económicas y sociales negativas.
Desigualdad no es pobreza
A pesar de una marcada desigualdad de ingresos, Corea del Sur sigue arriba en calidad de vida, menores indices de pobreza y mayor desarrollo humano. |
Deaton tiene razón cuando dice que las tendencias políticas actuales no son tanto un reflejo de la desigualdad, sino una injusticia percibida. Él concluye: «Algunos de los procesos que generan desigualdad son ampliamente vistos como justos. Pero otros son profunda y obviamente injustos, y se han convertido en una fuente legítima de enojo y desagrado. «Sin duda hay medidas que el gobierno podría tomar para hacer que la economía sea más justa, lo que también podría reducir la desigualdad. Liberalizar las leyes de planificación territorial para permitir que se construyan más casas, reduciría la distribución de la riqueza, pero también mejoraría la eficiencia de la economía.
Las curas de la desigualdad
Artículo original en Ingles: Human Progress