Encapuchados apedrean sede del partido del gobierno en Panamá
Con el paso de los días las manifestaciones en las calles de Panamá empiezan a tornarse más radicales y violentas.
La sede del gobernante Partido Revolucionario Democrático (PRD) fue apedreada por un grupo de encapuchados, durante las protestas en Panamá contra las reformas constitucionales impulsadas por el Ejecutivo y el Parlamento cuya mayoría elegida por los votantes es oficialista.
«Afortunadamente los daños que ocasionaron en la sede del PRD fueron materiales», declaró el secretario general de la formación socialdemócrata, Pedro Miguel González, quien achacó el ataque a recientes declaraciones homofóbicas del diputado oficialista Jairo Salazar.
La retorica usada por manifestantes a través de redes sociales guarda muchas similitudes con la que se presenta en otros países de la región. La OEA en semanas anteriores emitió un informe de la amenaza que representan las «brisas bolivarianas» para la desestabilización del continente. Se desconoce si hay relación alguna entre los informes de la OEA y la situación de Panamá.
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#Panama Los pueblos están despertando.
Los panameños se aprestan a una nueva jornada de lucha contra las reformas constitucionales de la Oligarquía.
Con el transcurso de los días, la represión ha ido en aumento y el descontento social es mayor. ¿Por que nadie habla de esto? pic.twitter.com/vWyOFp2Xzb
— (@FloryCantoX) October 31, 2019
Las manifestaciones, iniciadas por la Universidad de Panamá tras una presunta propuesta en contra de la educación pública, subieron de tono tras el veto en la Asamblea Nacional (Parlamento) al matrimonio entre personas del mismo sexo.
Las protestas forzaron la suspensión del pleno en el Legislativo, donde era debatido el presupuesto general del Estado para 2020, y las fuerzas antimotines dispersaron a los manifestantes con gases lacrimógenos y pimienta.
«De continuar desatendiendo el clamor popular, este país se pondrá muy mal», comentó la diputada Walkiria D’Orcy, quien confirmó el malestar popular contra la administración que asumió el gobierno de Panamá el pasado 1 de julio.
Miles de ciudadanos se manifiestan desde mediados de octubre en contra de un paquete de reformas a la Constitución de la República, que data de 1972, en medio de reclamos de una asamblea constituyente originaria que borre la corrupción institucionalizada.