Internacional socialista y Foro de Sao Paulo en América Latina
Los partidos dominantes en América Latina pertenecen a la Internacional Socialista, o al Foro de Sao Paulo. Juntos son los causantes de muchas de las desgracias de todo un continente.
Hoy en día, los partidos dominantes en América Latina son de la Internacional Socialista (IS), o del Foro de Sao Paulo (FSP). Unos hacen “socialismo a la parrilla”, a fuego lento; y los otros nos cocinan por la vía rápida: al sartén y con aceite hirviendo. Ser asados o fritos es nuestra “elección”, ya que el “péndulo” oscila desde la centro-izquierda a la izquierda extrema y luego regresa, por turnos. Cuando los “hunos” son gobierno, diría don Miguel de Unamuno, los “hotros” son primera oposición. ¿Y cómo empezó esto? ¿y cómo llegó hasta hoy?
(1) En 1864 Marx, Engels y el anarquista Bakunin fundan en Londres la “Internacional de los Trabajadores”. En su V Congreso de La Haya, 1872, los anarquistas se separaron para formar su propia Internacional “libertaria”, y aquella desapareció, pocos años después.
(2) La actual Internacional Socialista procede de la II, creada en 1889 con los partidos socialdemócratas y laboristas, refundada en 1923, y de nuevo en la Posguerra, 1951. Nuestros partidos socialistas han estado todos, hasta el día de hoy. Desde los ’60, y por medios democráticos, esta izquierda blanda laicista, aunque también la democristiana (con su Internacional aquí, ODCA), hizo los gobiernos, luego de derrocadas las dictaduras derechistas de Pérez Jiménez (Venezuela), Rojas Pinilla (Colombia), Rafael Trujillo (R. Dominicana), etc. Aplicaron los 10 puntos del “Manifiesto Comunista” de 1848, marxismo clásico, en economía y educación. Pero al asador: sin violencia.
(3) En 1919 Lenin rompió con los “reformistas” y fundó la III Internacional, comunista. Sus Estatutos dicen que el socialismo es sólo el “primer paso” hacia el “comunismo”. Nuestros partidos rojos estaban allí con el martillo y la hoz, listos para martillarnos y cegarnos antes de freírnos. Y desde entonces se impuso el error de creer que comunismo y socialismo difieren en sus objetivos. No; son los mismos 10 puntos, discrepando sólo en los medios para imponerlos: violentos o no violentos.
(4) La III, moscovita, se debilitó por la Guerra Fría, la “desestalinización” y el maoísmo. En 1966, Castro citó a la “Conferencia Tricontinental de La Habana”, con los partidos “tercermundistas” y sus guerrillas. Crearon la OSPAAL, o sea “Organización de Solidaridad de los Pueblos de Asia, África y América”. La meta era “uno, dos, tres o cuatro Vietnam” aquí, gritaba “el Che”. ¡Sartén otra vez!
(5) Las guerrillas fueron vencidas militarmente, mas no ideológicamente. Así que Lula Da Silva y su “Partido Dos Trabalhadores”, que son laboristas radicalizados, como el peronismo argentino y el MNR boliviano, crearon en 1990 el Foro de Sao Paulo, que Chávez reforzó en 1998, para freírnos rápido, sin democracia. Y se blindaron con el marxismo cultural y sus “cuatro jinetes”: ideología de género, Posmodernismo, medio-ambientalismo “profundo”, y multiculturalismo. Pero no cambiaron el Programa de 1848; le condimentaron con algo de mercantilismo, y los cuatro temas nuevos en la discusión pública, para enfocarse en ellos. ¡Sartén bien aferrada por el mango, y con fuego más alto!
Presionados por el Foro de Sao Paulo, los de la Internacional Socialista no se rezagaron, y adoptaron los cuatro puntos del marxismo cultural, como se lee en los documentos de las más recientes reuniones de su “Comité para América Latina”; y algunos más que otros, tratando de desviar las acusaciones de “reformistas” (blandos), igual como en los viejos tiempos de Lenin. Se impuso otro error: creer que el marxismo cultural sustituye al clásico, cuando es su continuación. El desacuerdo entre la Internacional Socialista y el Foro de Sao Paulo no es en cuanto a marxismo, es sólo sobre “democracia”: la Internacional Socialista condenó los “excesos” de Stalin y Castro, y hoy los de Maduro (Venezuela), Ortega (Nicaragua), Morales (Bolivia); sólo sus atropellos “dictatoriales”. Es el antiguo pleito entre bolcheviques y mencheviques, acaudillados la primera vez respectivamente por Lenin y Martov, que siempre reeditan las izquierdas.
Por la impotencia o inexistencia de una derecha decente, marxistas de diversos tonos copan todos los espacios, y repiten la historia. Pasan siempre las mismas películas; incluidos actores secundarios del reparto, como las femi-marxistas, los socialistas “cristianos”, y los “trotsquistas”. El feminismo no es nuevo, casi siempre marxista; lo nuevo fue una gradual entrada de todos los “derechos homosexuales”, desde los viejos tiempos de Alexandra Kollontai, Vera Zasulich y Rosa Luxemburgo, hasta la Agenda LGBTI de ahora. López Obrador es hoy Presidente de México, tras dos intentos previos, en 2006 y 2012. ¿Qué diferencia hubo esta vez? El voto “cristiano”, y el apoyo del PES o Partido Encuentro Social, “cristiano”. Pero la “izquierda cristiana” es vieja, e hizo lo mismo con Salvador Allende en Chile: luego de tres intentos fracasados, en 1952, 1958, y 1964, ganó la Presidencia en 1970, con apoyo “cristiano” y del MAPU, desgajada de la izquierda democristiana.
Todo esto llega de muchísimo antes. La primera revuelta “cristiana” socialista fue la de Thomas Müntzer, en Alemania, 1524. En más de 2000 años, grandes males llegan de falsificaciones o malas copias de la religión cristiana; como la izquierda, pretendiendo que el Reino de Dios requiere abolir la propiedad privada. La “Nueva Era” viene del gnosticismo de los siglos I y II; el sionismo viene de los “ebionitas”, en la misma época; y el feminismo, con las “profetisas” Priscila y Maximila, difundiendo la herejía de Montano, comunista también. El Ecologismo nos viene desde Francisco de Asís. Podríamos seguir contando.
(5) Por fin la IV Internacional fue creada por los seguidores de Trotsky en París, año 1938. Su “Programa de Transición” es otra lectura básica para saber lo que pasa en el mundo actual: toman ahora calles y sindicatos en Argentina, y hacen “oposición de izquierda” a Morales en Bolivia. Nada nuevo: la táctica de la pinza, en paralelo con los “stalinistas” o comunistas ortodoxos, jaqueando por dos frentes opuestos a la izquierda blanda y la derecha mala. Esta IV Internacional continuaba las tres anteriores; pero de la III, comunista, sólo reconocía válidos “los cuatro primeros congresos”, incluido el de Moscú en 1922, y sus “textos sagrados”; no así los posteriores. Tras el asesinato de Trotsky en México, 1940, derivó en varias escisiones, en los ’50. Pero los marxistas son como los gatos: uno cree que están peleando, y se están reproduciendo; no hay ahora una sola estructura heredera de la IV Internacional: hay varias.
Como billetes falsificados, los cristianismos falsos se copian del verdadero; por eso las similitudes, algunas asombrosas. Por ejemplo también fueron cuatro los primeros concilios ecuménicos, incluido el de Calcedonia, en 451, que definieron las bases doctrinales de la Iglesia universal, y de la Civilización Cristiana, en Oriente y Occidente. Los posteriores y sus decretos, causaron demasiadas divisiones y cismas, y no pocas falsificaciones, que hasta hoy confunden a la gente.
Me pregunto: ¿cuándo aprenderemos de todo esto? ¿Cuándo dejaremos de votar como idiotas, una vez por la parrilla, y otra vez por la sartén?
Por Alberto Mansueti