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La oposición boliviana dejó en ridículo a Juan Guaidó ¿Por qué?

Hay algo particular en el accionar de la oposición boliviana que demuestra firmeza y coherencia, que Juan Guaidó debe imitar.

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Hace poco pudimos ver un tweet que en dos párrafos decía algo bastante cargado de verdad. El tweet en cuestión era este, que como vemos, causó gran repercusión y opiniones similares como dispares:

Antes de comenzar, y para poner un disclaimer, advierto: No, no estoy comparando la situación de power – exit de Venezuela y Bolivia. Lo que comparo son las acciones de los líderes opositores más visibles de los respectivos países. Cuando hablamos de algo tan sucio e importante (porque queramos o no, las acciones públicas de estos individuos van a afectarnos activamente mientras formemos parte de la comunidad política que rigen) como la política, los principios –o por lo menos, la coherencia en sus acciones– son importantes.

Mucha gente, o bien por ignorancia o bien porque son tramposos, han dicho que «no hay punto de comparación». Claro, si ellos ponen los parámetros aunque uno dice algo distinto por supuesto que no habrá punto de comparación, porque lo cambian. En el tweet claramente se habla de principios y de acciones que NO tienen que ver con estrategias o movimientos para tumbar a una tiranía o desplazarlos por vía militar. Hablamos de posturas firmes. Ya aclarado esto, procedo con el artículo.

Diferencias entre la ‘oposición venezolana’ y la boliviana

Bien, empecemos por decir que los últimos no son un completo disparate. Aunque me voy a adelantar, no puedo evitar poner cosas como esta. Uno de los ejemplos por los cuáles digo que es un disparate es por esto. Juan Pablo Guanipa, gobernador legítimo del Zulia, región que tiene 4.2 millones de habitantes salió a marchar el 8 de Octubre de este año para exigir soluciones a la crisis eléctrica que sufría. Ahora, ¿captaron la contradicción? Es sencillo: Si dices que fulanito es ilegítimo o congregas con una agrupación política cuyo emblema es desconocer a Nicolás Maduro –cosa que tú compartes, ¿qué haces exigiéndole entonces?

Este es el mensaje que publicó en twitter la cuenta regional de su partido político:

Ahora bien, esto es un preparativo. En realidad esto sólo es una de las cosas que se puede ver día a día entre los políticos venezolanos de ‘oposición’. Demás no está decir que uno –el segundo vicepresidente de la Asamblea Nacional– fue a un partido de béisbol en Nueva York. Con lugares que costaban entre 3000 y 8000 dólares (tercera fila, el más económico costaba 600 pero el más económico no es en tercera fila). Además, era el día de sesión parlamentaria, que éxito. El problema no es que haya ido al partido, el problema es que este señor no trabaja de otra cosa y además ningún diputado cobra sueldo desde que fueron declarados en desacato HACE CUATRO AÑOS. Hay otro que dice esto:

Lo gracioso es que esto sólo desató un enjambre de respuestas duras de sus ‘seguidores’. Voy a limitarme a poner algunas, pero los invito a revisar el hilo. Son más de 200 respuestas de pura crítica.

Y quienes se llevan el premio:

Vamos con la crítica: Sí. Bueno, digamos que aquél que se oponga a un socialista pero que comulgue con el mismo sistema que llevó a un país a la crisis no es que sirva de mucho. Tampoco es que esa misma persona haga falta. Tampoco hace falta quién pretenda instaurar un sistema menos peor, pero no el mejor que quepa. Eso es conformarse con la mediocridad, y sabemos que a ningún político hay que conformársele. Hay que buscar la excelencia, no lo menos malo. Y aquí vemos un ejemplo al que le dieron hasta con lo que no había. La resistencia a los políticos aquí es bastante envidiable (aunque nosotros envidiemos vivir como en otros países).

Acciones de la administración Guaidó: Un chiste de mal gusto

¿Ya vieron todo? Bueno, aquí viene lo más corto pero quizás lo más impactante. Hay cosas en la oposición venezolana que hacen ver que no son fuertes, sino que por el contrario, se doblegan. A saber, hay una cosa irracional, bastante absurda de hecho.

Primero: Si sabes que tienes una cúpula política usurpadora, corrupta represiva y tiránica que por su naturaleza sabes que no te ofrece ninguna garantía de que ceda el poder política, ¿por qué negocias 3 veces con esa misma cúpula? No tiene sentido; ¿cierto? Bueno; ¿pueden adivinar cuál administración realizó 2 de esas negociaciones con el actual gobierno venezolano? Sí: La de Juan Guaidó. Una en Barbados y otra en Estocolmo. Esto es problemático porque es irracional, inaudito. ¿Qué les costaba ser un poco más firmes si de todos modos no iba a pasar nada? Ah, y por supuesto: pagando negociaciones en el exterior con dinero de quién sabe donde lo han sacado.

Segundo, degenera tu capital político popular porque las acciones arruinan tu liderazgo. Como consecuencia del continuismo que ha llevado Juan Guaidó, ha pasado de tener entre el 77% y el 74.5% de aprobación en Enero al 56.2% en Junio. Además, de acuerdo a Datanálisis, la esperanza de cambio a corto plazo ha pasado del 60% en Enero al 30% en Julio.

En tercer lugar, y más importante, porque además de absurdo, vulnera tus principios. ¿Qué se supone que haces negociando con la cúpula que reconoces como ilegítima o para qué negociar? ¿Para que salgan? ¿Pero por qué negociar para que salgan si dices que son ilegítimos y por tanto no ostentan el poder? ¿Se lo estás reconociendo? Implícitamente, desde luego que sí, sólo que no es algo que quieran admitir.

Oposición de Bolivia: no ceden, empujan

Ahora, lo decisivo de esto es que existe un bloque de oposición que concreta acciones para un objetivo común. Este era, en efecto, hacer renunciar a Morales y lograr el objetivo de tener nuevos comicios electorales. No me pondré a rebuznar en cuestiones estratégicas porque las situaciones de ambos países para lograr una salida no son las mismas. Lo decisivo en Bolivia fue el comportamiento de los cuerpos de seguridad, que o actuaron de manera neutral o hicieron protesta activa.

A ver, me explico. Lo que hace que un gobierno preserve el poder es la capacidad que tiene para coaccionar activamente a sus ciudadanos. Al perder esta legitimidad con la salida del soporte de la policía y la neutralidad de las fuerzas armadas junto con una protesta activa de los ciudadanos, los obligan a dimitir porque puede implicar más riesgos de los que ya se habían cumplido.

Ahora, la diferencia en principios recae en que la oposición venezolana, negociara o no, no iba a generar ningún efecto adverso. Lo adverso que se provocó fue precisamente el acto de negociar. A diferencia de los dirigentes venezolanos, ninguna de las cabezas opositoras de Bolivia bajó la cabeza, y eso que el gobierno de Morales fue infinidad de veces menos malo que el de Maduro.

La perversión de los principios fue, precisamente, algo que merma el liderazgo real de la ‘oposición’ venezolana. En cambio, el mantenimiento y la dureza de la oposición boliviana es algo que deja exaltado a todo el mundo. Luis Fernando Camacho, que fue el líder que más se arriesgó, llegó a entregar una carta de renuncia a Evo Morales.

Carlos Mesa, por otro lado, siempre mantuvo la línea de celebrar el evento y aclarar que no fue un golpe. Aunque la actuación fue corta, fue concisa y coherente, por lo que proyectó una buena imagen de cara al mundo. Además, eso logró que visiblemente aumentaran su capital político, al contrario de hacer que los despreciaran (como pasa aquí).

Los principios y las expectativas importan, así como las estrategias a seguir. Unos supieron aprovechar, otros no supieron ni siquiera como hablar con gente en Twitter para disminuir el daño colateral. Se entiende que el plano de acción es limitado, pero no hay razón de empeorar más las cosas de lo que ya están. Tampoco es difícil evidenciar un rechazo a un problema obvio y dejar en claro a qué te enfrentas sin necesidad de ceder.

Perfectamente puedes no hacer ambigüedades (como negociar 2 veces con una cúpula altamente peligrosa, rechazada y encima que tú invalidas, pero buscar negociar con lo que consideras inválido). Estas diferencias marcan lo que se debió seguir en Venezuela aunque no se le declarara guerra abierta al gobierno. Y también, desde luego, se ponen los costos reales en capital político y el coste de oportunidad, viendo qué ganaron aquellos que hicieron lo que debían. Parece que tal como dan, reciben.

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